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domingo, 18 de marzo de 2018

Los renglones torcidos de Dios, Torcuato Luca de Tena.

El argumento: Quien lea las tres primeras páginas de este sorprendente relato ya no podrá abandonar su lectura. El interés crece página tras página, episodio tras episodio, de tal modo que el lector no se sentirá fuera sino dentro de cuanto acontece en la novela. 
Alice Gould, también conocida como "la rubia", "la paranoica", "la almenara" y "la detective", tiene una rara, cautivadora y enigmática personalidad. Es sin duda un tipo, un prototipo literario, de primera clase. Tal vez el personaje femenino más hodamente estudiado y más conseguido de su autor. La acción transcurre en un gran manicomio donde residen más de ochocientos enfermos mentales. Durante una época, uno de esos ochocientos recluidos fue el propio autor de estas páginas, quien ingresó voluntariamente para mejor estudiar el triste y patético ambiente que pretendía describir. Los locos, los pobres locos, esos errores de la naturaleza, esos "renglones torcidos de Dios", están tratados con respeto y con piedad. Los más singulares son "El autor de la Teoría de los Nueve Universos", "el Gnomo", "El hombre elefante", Ignacio Urquieta, "La Duquesa de Pitiminí" y la enternecedora pareja formada por "la Niña Oscilante" y "Rómulo el Mimético". Entre ellos, los médicos y los demás "batas blancas", Alice Gould -a veces altiva y distante; a veces humanista y femenina- muestra su belleza, su espíritu superior, su gran poder de fascinación... y su enigma (texto de las portadillas). 

Mi opinión: Como viene siendo habitual en este blog últimamente, voy a explicar cómo ha llegado este libro a mis manos; no es que tenga necesidad alguna de justificarme, es porque me gusta pensar que algunos libros llegan a nosotros en el momento adecuado. Me habían hablado de este libro muchas veces, personas muy dispares y todas me lo habían recomendado mucho. Lo había tenido en mis manos hace años en una tienda de segunda mano y al final preferí otro título y éste que hoy nos ocupa, se quedó allí. Un día lo encontré en Wallapop, la app de compra-venta de artículos de segunda mano (a veces nuevos también), lo vendía una persona de mi localidad y por el irrisorio precio de 1€. Pensé: mira, si no me gusta, al menos no me habré gastado mucho dinero. El mío es un ejemplar de 1980 (el año en que yo nací) tercera edición y prorrogado por Juan Antonio Vallejo-Nágera, eminente psiquiatra ya fallecido.
Debo ser justa y reconocer que a mi no me enganchó con las tres primeras páginas, tal como dice el texto de las portadillas que reproduzco en el primer párrafo de la reseña. Me costó un poco más, quizá unas cincuenta páginas, luego ya llegó el momento de devorarlo. 
¿Quién es Alice Gould de Almenara? Al principio de la historia, Alice ingresa en el manicomio mediante un falso parte médico, acompañada por un hombre que ella dice que es su marido, aunque luego lo desmentirá. Vamos de su mano en todos los trámites de su ingreso, en las entrevistas con los médicos, en cómo sufre la revisión corporal, cómo es despojada de sus pertenencias y ropas, por ser demasiado lujosas para el ambiente y podría despertar rencillas o suspicacias entre los internos, así que le facilitan un horrible conjunto de pantalón deformado y camiseta descolorida de tan lavada como está. Se le permitirá fumar, pero no tener cerillas o mecheros, deberá pedir lumbre al personal del manicomio, a los "batas blancas". 
Cuando nadie la ve, Alice afirma ser una detective privada que ha ingresado con documentación falsa para descubrir al asesino del padre de uno de sus clientes.  Los problemas empiezan cuando su "gancho" dentro del manicomio no está en el momento de su ingreso, pues se encuentra de vacaciones, así que ella es admitida como paciente sin evaluar y sin tratar, pero deberá permanecer dentro del recinto pues no tendrá permiso para salir, así que empieza a investigar por su cuenta. 
Hay momentos en los que Alicia parece una loca más de los ochocientos que habitan en el centro y otros en los que parece la persona más cuerda del libro. Cuando por fin aparece el director, Alicia se encuentra con la sorpresa de que el señor dice no saber nada de la trama que ella le cuenta, la evalúa y la traslada de pabellón, donde ella y esa personalidad tan increíble que tiene logran salir airosas y ganarse el afecto de sus cuidadores. Tal es el nivel de inteligencia y su capacidad de atar cabos que Alicia llega a poner en jaque al mismísimo director del manicomio, al que le enfrenta una mutua antipatía personal. Mientras todo esto sucede, pasamos páginas y páginas de pequeñas anécdotas de Alicia y su interacción con otros personajes allí ingresados. 
La parte más interesante de la historia -a mi parecer- es cuando el texto te envuelve tanto que no sabes si Alice siempre ha estado loca y toda su historia de detectives no es más que una patraña o si están locos todos los demás. A mi esta duda me ha sobrevenido en dos o tres ocasiones a lo largo de la lectura del texto. He cambiado de opinión en varias ocasiones sobre la cordura o locura de Alice, y por eso quiero recomendar este libro a los lectores de misterio, pues pese a los 40 años que han pasado desde su escritura, si no fuera por el uso de formas del castellano ya en desuso (sentóse, callóse, por ejemplo) el tema estaría de plena actualidad.
Pese a todo me ha parecido un libro muy ameno, no descarto volver a leerlo más adelante o leer otros textos del mismo autor si me los cruzo en algún momento. 
En cuanto a si Alicia Gould está loca de verdad o es en realidad una prestigiosa detective privado... tendréis que leer el libro para descubrirlo, sólo puedo deciros que hay cosas que no son lo que parecen, pero otras que sí. 
Como siempre que reseño un libro de un autor hasta el momento nunca tratado en el blog, os dejo un enlace al perfil de la wikipedia del autor, por aquí

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