Próximas reseñas:

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Al otro lado de las llamas, Vanessa Requena.
Las almas de Brandon, César Brandon Ndjocu.

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domingo, 21 de abril de 2019

La memoria de la lavanda, Reyes Monforte.

El argumento:
«Morí un 3 de mayo. Ese día dejé de respirar, de sentir, de oír, de pensar, de reír. Lo mejor que te puede pasar en la vida es amar y ser amado. Y perder esa sensación es mucho más doloroso que no tenerla nunca
Dos meses después de la muerte de Jonas, Lena, fotógrafa profesional, reúne el valor necesario para cumplir la última voluntad de su marido: esparcir sus cenizas en los campos de lavanda del corazón de la Alcarria. Allí se reúne con el grupo de amigos de Jonas, entre ellos Daniel, su primo hermano, un sacerdote con el que comparte los sentimientos de amor y pérdida, y que guarda para sí muchos silencios.
Sin embargo, igual que se heredan los afectos, se heredan también los odios. Lena deberá lidiar con la presencia amenazante de su cuñado Marco, un hombre envidioso y mezquino que no está dispuesto a respetar su duelo. Coincidiendo con el Festival de la Lavanda, recordará su historia de amor con Jonas y todo lo que se llevó consigo, reforzará lazos de amistad y desvelará secretos familiares escondidos durante demasiado tiempo.
 *Texto de la contraportada.

Mi opinión: Esta es la primera vez que reseño en el blog un libro del Club de Lectura L'Armengol antes de la reunión, de discutirlo con el grupo y descubrir qué les ha aportado o faltado a los otros miembros del Club. Y lo hago porque para mi este libro ha sido algo especial y quiero escribir lo que me ha trasmitido a mi. 

Desde la primera página me ha cautivado, la forma en la que la autora describe el dolor de Lena por la muerte de su marido Jonas me ha tocado profundamente, ha removido en mi todo el dolor acumulado a lo largo de mi vida por todas esas personas que cruzaron el umbral de la muerte; o, como decía el padre de Lena, aquellas personas de quienes la Muerte se enamoró y se los llevó consigo y que esperan al otro lado hasta que la muerte se enamore de sus seres queridos y al fin puedan reunirse allá, dónde sea. 

Lo he leído en el Kindle y prácticamente no hay página que no tenga al menos una cita subrayada, me ha encantado, me ha tocado en lo más hondo y por eso he decidido comprarlo también en papel en cuanto pueda y dedicarle una lenta relectura, saboreándolo otra vez como el libro lo merece y pudiendo anotar y subrayar sobre el papel, que es lo que nos gusta a todos los lectores cuando nos enamoramos profundamente de un libro. 

El grupo que forman los amigos de Jonas, que tras su muerte serán los amigos de Lena como ya lo eran sin ninguna pega mientras Jonas vivía, son un grupo de personas tan encantadoras que leer sobre ellos despierta una envidia sana, porque cualquiera desearía tener amigos así de buenos, de fieles y de gente buena de verdad. 

Una cosa que me ha crispado, una nadería seguramente, pero como se repite hasta la saciedad al final acaba por hacer mella. El nombre del protagonista prácticamente ausente: Jonas. ¿Porqué Jonas y no Jonás? Si es palabra aguda debería aparecer la tilde en la a, y si es llana no se acentuaría, claro pero estoy casi convencida de que la forma más común de ese nombre en concreto, o al menos la castellanización del nombre bíblico es con tilde en la A. 

A estas alturas de rendida admiración por este libro, me da vergüenza reconocer que no había leído nada hasta ahora de esta autora, que me ha sorprendido muchísimo por la sensibilidad que destila esta obra y que estoy más que dispuesta a leer cualquier otra novela suya. 

La descripción de los paisajes de campos sembrados de lavanda hacen que la memoria olfativa busque como loca el olor, si alguna vez lo hemos olido, para llevarnos hasta allí. Para ser un espectador más, un convidado de piedra del desarrollo de la historia. 

Esta novela me ha conmovido, como ya dije antes, hasta el punto de querer abrazar a la imaginaria Lena, para decirle al oído que sé cómo se siente, que yo también he perdido mucho y sé cuánto duele. 

Recomiendo encarecidamente a todo el mundo que la lea, le doy la nota máxima que se ha dado en el blog, un nueve. 

No encuentro página de esta autora en wikipedia y me parece una injusticia, pero enlazo una pequeña biografía sobre ella en otra web.

sábado, 20 de abril de 2019

El intercambio, Rebecca Fleet.

El argumento: Cuando Caroline y Francis reciben una oferta para intercambiar su casa no lo dudan. Se están esforzando en recomponer su matrimonio y una semana a solas puede ser justo lo que necesitan. 
Al abrir la puera se encuentran con un lugar algo siniestro y casi vacío. Resulta difícil imaginar  quién podría vivir allí. Sin embargo, gradualmente, Caroline comienza a descubrir algunos rastros de vida..., de su propia vida. 
Las flores del baño o la elección de los cd de música podrían parecer inocentes a los ojos de su marido pero para ella son justo lo contrario: son pistas. Es como si la persona con la que han intercambiado vivienda fuera alguien a quien ella conoce, alguien a quién quiere olvidar. 
Pero esa persona ahora está en su casa... 
*Texto de la contraportada.

Mi opinión: A ver si soy capaz de escribir una reseña sin dar muchos espoilers ya que esta novela es bastante nueva. 

La escogimos como lectura seleccionada para la segunda quincena de marzo- primera de abril del Club de Lectura L'Armengol de Cubelles. La verdad es que la campaña de publicidad que ha tenido esta novela ha sido muy amplia, me atrevería a decir que ha sido avasalladora, hubo varias semanas en las que me salía constantemente el anuncio en Facebook, en Instragram y hasta en Twitter; la editorial no podrá decir que en el caso de no vender no será por no haberla publicitado lo suficiente. 

Los personajes principales de la novela son Caroline y Francis, que pasan por una grave crisis en su matrimonio al principio de la historia y dos años después todavía están intentando arreglarlo; Carl, un compañero de trabajo de Caroline con quién ella tendrá una ilusión y algo más... Eddie, el hijo de Caroline y Francis, su madre... y el resto son personajes más o menos secundarios. 

La idea del intercambio de casas como método de tomarse unas vacaciones no deja de ser inquietante, no sólo por el hecho de que tú te metes en la casa de otras personas, sino porque esas personas se meten en tu casa. Pero este método de vacaciones existe desde hace tiempo y al parecer, funciona bastante bien.

 En el Club de Lectura hicimos la crítica de la novela en dos sesiones, en la reunión de la primera mitad del libro todos estábamos llenos de dudas, casi preocupados porque Caroline está enganchada a otra persona de un modo que es casi enfermizo. Tampoco entendíamos como Francis, un psicoterapeuta familiar había caído en las redes de una adicción a las pastillas y la verdad es que al final de la novela tampoco se entiende cuál fue la razón, pero al menos se sabe que está acudiendo a terapia para superar sus problemas. 

Nos crispó muchísmo a todos que Caroline no acortase sus vacaciones, la semana de intercambio, cuando empieza a sospechar que algo extraño puede estar sucediendo en su casa, ninguno de nosotros entendió cómo se puede tener tan poca sangre. 

La historia se desarrolla mediante flashbacks y cambios de escenarios, a veces la letra cambia de fuente para poder diferenciar cuando habla un personaje u otro. En algunos momentos a mi me resultó pesado tanto salto, pero luego le cogí el tranquillo y casi deseaba el próximo salto para ver qué estaba sucediendo en el otro escenario. 

Sobre el final... decir que algunas injusticias quedan impunes. Algunas adicciones nunca se superan y algunos amores no son suficientes. 

No encuentro página de la autora en wikipedia ni en otras web, así que copiaré a continuación la breve nota sobre ella que se adjunta en la solapas del libro; tan breve como un telegrama casi: Rebecca Fleet estudió en Oxford y trabaja en marketing. Vive en Londres con su marido y su hija.

Siempre Alice, Lisa Genova.

El argumento: ¿Qué pasaría si todos tus recuerdos desaparecieran de tu mente y no tuvieras más opción que seguir adelante, incapaz de impedirlo?
Alice Howland está orgullosa de la vida que tanto esfuerzo le ha costado construir. A los cincuenta, es profesora de psicología cognitiva en Harvard y una experta lingüista de fama mundial, con un marido exitoso y tres hijos adultos. Cuando empieza a sentirse desorientada y olvidadiza, un trágico diagnóstico cambia su vida, al tiempo que la relación con su familia y el mundo, para siempre. 
Bella y aterradora a la vez, esta extraordinaria novela es un retrato vívido y emotivo de la irrupción precoz del alzheimer. Una conmovedora historia de lo que Alice piensa y siente al comprobar cómo deja de ser la persona que era y cómo no sólo pierde su identidad sino todo lo que conformaba su vida.*Texto de la contraportada. 

Mi opinión: Leí esta novela en 2007, cuando la compré y me impresionó, me pareció cruda y aterradora. La coloqué en los estantes de mi pequeña biblioteca y de vez en cuando la veía y pensaba en que le debía una relectura, pero no me encontraba con ánimos para enfrentarme de nuevo a ella. En las pasadas semanas, tratamos el tema de la memoria y los recuerdos en el Círculo Literario al que asisto cada dos semanas, y me vino a la cabeza como un mazazo. Era el momento de releerla, de hecho la releí en un día, la devoré. 

El personaje principal, Alice, es una profesora brillantísima que empieza a tener lagunas mentales cada vez más escandalosas, como salir a correr por donde siempre y no ser capaz de encontrar el camino a casa, olvidar tomar un avión para dar una conferencia en otra ciudad o no acordarse del tema de sus propias clases. Cuando decide acudir al médico, e insistir para que le hagan una batería de pruebas, y recibe el diagnóstico que a cualquiera aterraría: Alzheimer precoz. En la franja temporal que ocupa este libro, apenas un par de años y algunos meses, el deterioro de la memoria de Alice es bestial y se debe, según cuenta el texto, a que al ser una mujer extremadamente inteligente, seguramente llevaba al menos un par de años teniendo pequeños fallos de memoria, pero que su cerebro había obviado, así se dio la manera de que cuando le fue diagnosticada la enfermedad, ya llevara una buena ventaja en su desarrollo. 

Es impresionante como Alice se hace atajos y pruebas para agarrarse a sus recuerdos: se apunta palabras de uso poco habitual en su vocabulario y las esconde en su bolsillo y trata de recordarlas durante el día; anota todo lo que ella considera importante en su blackberry (agenda electrónica) hasta que finalmente la pierde y aparece dentro del congelador semanas después; una serie de preguntas la saludan cada vez que inicia su ordenador portátil a fin de autotest de memoria y capacidad... pero nada de esto detiene en lo más mínimo la pérdida de memoria de Alice. 

Me parece en cierta manera injusta la reacción de su marido. Él la ama, es cierto y desde que conoce el diagnóstico se muestra dispuesto a ayudarla en todo lo posible, incluso sale a correr con ella casi a diario, pese a que odia correr... pero llega un momento en el que se aleja de ella, ya sea involuntariamente, absorbido por su trabajo -él es científico- pero cuando dice que ha aceptado un puesto de trabajo en Nueva York y se la quiere llevar a un ambiente que ella no conoce, en el que es más probable que se pierda y que se acentúe su deterioro mental, sus hijos se oponen. Ella no quiere irse y sus hijos montan guardia para turnarse en su cuidado. 

Son desgarradores los pasajes en los que Alice es incapaz de recordar cosas tan comunes como una receta de cocina que hace cada nochebuena desde su adolescencia, hasta no reconocer a sus hijos, o sentirse aterrada porque hay un agujero negro en medio del pasillo de su casa, que resulta ser una alfombra que lleva ahí muchísimo tiempo y que acaba por arrojar a la calle del mismo ataque de rabia que le produce darse cuenta de que estaba sufriendo una alucinación. 

No sé si la lectura de este libro ayudaría o no a comprender los estragos de esta enfermedad a los familiares o amigos de personas afectadas de Alzheimer, pero a mi como lectora me impactó y sí, en mi familia se dio al menos un caso de demencia senil o alzheimer (no lo sé exactamente porque yo era pequeña y entonces el alzheimer no estaba tan en boga como ahora).

Como esta es la primera vez que Lisa Genova aparece en el blog, dejo un enlace a su página en wikipedia en inglés, aquí.

miércoles, 3 de abril de 2019

El niño que veía en la oscuridad, Simon Toyne.

El argumento: Con las botas camperas que había tomado de un cadáver en Arizona y los pies destrozados de tanto caminar, Solomon Creed había saltado de las carreteras secundarias de Nuevo México y Texas a  la cubierta metálica de un buque lo había llevdo a Francia, concretamente a la ciudad de Cordes: el lugar donde un sueño recurrente le decía que encontaría las respuestas que su memoria en blanco seguía negándole. Sobre por qué y cómo sus pasos le habían llevado a aquel lugar, solo tenía la pista de la americana hecha a medida que llevaba puesta cuando su pasado y su memoria se habían desvanecido. Desde entonces, su prioridad era localizar a Josef Engel, el sastre que vivía en Cordes. Una intuición casi mística que no tardará en hacerse trizas cuando halla al anciano brutalmente asesinado y a él mismo convertido en el principal sospechoso. ¿Quién ha podido torturar hasta la muerte a un superviviente de un campo de exterminio nazi y entregar su cuerpo a las ratas? Con todas las pruebas en su contra, Solomon Creen solo contará con la ayuda de la nieta de Josef Engel, Marie-Claude, y su pequeño hijo Léo, con quien pronto establece un peculiar vínculo. Pero el asesinato de Engel los llevará a viajar hacia el corazon de las tinieblas de los campos de concentración y su alargada sombra en el tiempo. Texto de las solapas de la sobrecubierta.

Mi opinión: Me enfrento de nuevo a la mala baba de los que hacen la selección de títulos en el Círculo de Lectores. De vez en cuando me llaman y me ofrecen libros que acepto o no, según me interesen, pero también de vez en cuando me llega algún paquete remitido por ellos, que como ha pasado un cierto tiempo y ya no me acuerdo si dije que sí o que no, suelo recoger y llevarme la sorpresa de que son libros que no he pedido. Esta es la segunda vez que me pasa, ha habido una tercera, pero el libro en cuestión aún no lo he leído. Y digo mala baba no solo por la jugarreta de enviarle a alguien (con memoria de pez para las conversaciones telefónicas) un libro que no ha pedido, sino porque es la segunda parte de otro, así que estás leyendo una historia que a todas luces está coja.

Las primeras cien páginas de este libro me las he pasado profundamente desconcertada y como no entendía nada, me quedaba dormida; y me daba una rabia tremenda porque el título sugiere muchas cosas bonitas y la sinopsis no está nada mal, pero claro, si estás leyendo algo a lo que le falta una mitad, estás jugando con una gran desventaja. La primera parte de la historia es este libro, que tendré que leer para acabar de construir la vida de Solomon Creed. Ya lo reseñaré si lo llego a leer. 

Sobre la trama: resulta muy interesante, es profundamente conmovedor y terrorífico las descripciones que cómo fueron las cosas en los campos de concentración, cómo se transportaba a los judíos, cómo se les torturaba... Aunque los personajes son ficticios, todos sabemos que aquello fue real y duro, mucho más de lo que el autor más realista sea capaz de reflejar. ¿Quién ha matado cruelmente a Josef Engel? No deja de ser un wtf en toda regla que cuando llegue la policía a la casa del sastre se encuentre el cadáven en el sótano de la casa, con todo un ritual macabro realizado sobre él y lo peor, cuando todavía estaba vivo, y un piso más arriba a la misteriosa figura de Solomon Creed tocando el piano, con un par de narices.

Solomon Creed, a falta de leer el primer volumen de la serie, se nos representa como un señor alto y delgado aunque fibroso, prácticamente albino y con ciertos poderes, el más destacable sería la celeridad (movimientos rapidísimos) y una fuerza que nadie esperaría dada su apariencia. Solomon es raro, sabe muchas cosas pero desconoce cosas básicas de la vida, por ejemplo: sabe tocar el piano con virtuosismo pero no sabe conducir, o no lo recuerda, porque es otra... hay recuerdos que vienen a su mente en tromba y otras cosas que ignora completamente, como si no fuera de este planeta. 

Tenemos también la figura de Benoit Amand, el policía que intentará resolver el caso del asesinato de Engel, que tiene ciertos lazos de amistad con Marie-Claude y su hijo a raíz de que ella estuvo casada con su compañero de la policía, Jean Baptiste, que acabó por radicalizarse y volverse violento con su familia. Amand perseguirá a Solomon, Marie-Claude y Léo por media Francia, pero no irá solo, irá acompañado del supuesto psicólogo de Creed, el doctor Cézar Magallanes, quien aparentemente es una eminencia en su campo. En un momento dado de la historia, Magallanes relata a Amand la vida de Solomon Creed, pero no la puedo contrastar porque no he leído el primer volumen. 

Me gusta como está construida la historia, aunque lo del título, lo de el niño que veía en la oscuridad en realidad sólo esté haciendo referencia a que Léo tiene un tipo de sinestesia que le hace ver la energía de las personas en colores que le transmiten buenas o malas sensaciones. 

Sobre el desenlace diré que ha sido muy agitado, te mantiene en vilo a ver qué va a pasar y por qué y cuando la tortilla da la vuelta y se descubre la verdad, se queda una con la boca abierta, no había sospechado para nada la que resulta ser la gran trama. Muy sorprendente y fastidiosamente abierto, lo que da pie a pensar que en un par de años tendremos un tercer libro sobre los avatares de Solomon Creed. Intentaré leerme el primer libro antes de que llegue a mis manos el tercer volumen para no volver a jugar con desventaja.

La página del autor en Wikipedia, la dejo por aquí (en inglés).


Mar en piedra, Xavier Borrell Campos.

El argumento: En un entorno idílico vive Miguel con la pena de haber perdido a su amada y su vida de lujo y ostentación, tras heredar un viejo castillo en una zona vinícola cerca del mar. No puede abandonar la frustración ni la ansiedad, mientras la vida le arrastra, poco a poco, a una nueva realidad en la que aparecen: las playas, las cepas, las mujeres y las sorpresas. Es una autosuperación constante de sorpresivo y contundente desenlace. Novela divertida y a la vez apropiada para descubrir, que los cambios, aunque de menor recompensa material, siempre pueden ser positivos si se miran desde la perspectiva adecuada. Texto de la contraportada.

Mi opinión: Vamos con otro libro del Club de Lectura L'Armengol de Cubelles. Nos encontramos con la cuarta obra de un autor local, que contactó con la moderadora del club ofreciéndose a que leyéramos su novela y luego comentarla con él. La novela es muy breve, sólo 106 páginas, pero no por ello menos intensas. 

Intentando resumir al mínimo las sensaciones que me ha producido esta novela, diré que sentí que la idea original, la primigenia, los primeros esbozos del borrador, aquellas tres o cuatro líneas debieron ser preámbulo de una buena historia, pero para mi gusto, no se ha desarrollado adecuadamente. Noto que se abren muchos hilos, que a priori parecen ser interesantes, que nos conducirán a tramas complejas y con bastante juego, pero que se cierran de manera simple, desaprovechando la oportunidad de hacer un alarde de capacidad narrativa y recursos literarios.

Miguel llevaba una vida de lujo y ostentación, tal como se menciona en la sinopsis, tiene una pareja a la que ama -con un cuerpo escultural-; y en cosa de pocos meses lo pierde todo, sufre un accidente de tráfico y luego la crisis inmobiliaria le afecta directamente y su vida se da la vuelta. De repente le llega la herencia de un familiar prácticamente desconocido, un castillo nada más y nada menos, en parte habitable, pues allí vivió muchos años el familiar fallecido, y como ya no tiene nada que perder, se instala allí. En seguida aparecerá Pili, la hija de una amiga del fallecido y que rápidamente se convertirá en su amiga con derecho a roce -también tiene un cuerpo escultural-. 

En su nuevo ambiente, el protagonista descubrirá partes del castillo que llevan muchísimos años sin ser exploradas, encontrará ciertos "tesoros" que podrían haberse usado para dar más carne a la trama, más vida y color, pero que se acaban convirtiendo en humo, literalmente. 

Aparecen muchas personas con las que el protagonista se relacionará, es común y remarcable que todas las mujeres de esta historia tienen un físico estupendo. Miguel llegará a ser locutor de un programa de radio, y se saca de aquí otro hilo que se corta abruptamente... Es destacable también la presencia del alcohol en la novela, todos beben, no consigo identificarme con ellos.

No quiero hacer más espoilers. Sobre el final... a mi no me ha gustado, no me resulta tan sorpresivo ni contundente, sino en cierta manera forzado. El autor nos dijo que él no es escritor de dedicar 30 páginas a la descripción de una escalera o un escenario cualquiera del libro, pero creo que todos hubiéramos disfrutado más de la historia si no hubiera sido tan precipitada. Las cosas suceden rápidamente, casi sin orden ni concierto y tal como suceden, se acaban sin aportar a la historia más que el brillo fugaz de su paso, como un cometa. Yo hubiera desarrollado la historia de otra forma, dándole más voz, más vida, más relleno si quiere verse así; aunque eso supusiera duplicar el número de páginas. Creo que la historia lo merecería y lo agradecería. 

Dejo el enlace al primer resultado que me arroja google al buscar esta novela, es un enlace de compra directa de la obra.

Plenilunio, Antonio Muñoz Molina.

El argumento: En una ciudad de provincias alguien con un rostro soluble en los demás rostros esconde el enigma de un espantoso crimen. En torno a la búsqueda, varios personajes sueñan durante un instante con dar un nuevo sentido a sus vidas. Mientras tanto, en la hora mágica del plenilunio, unos ojos acechan en algún lugar de la ciudad. Texto de la contraportada.

Mi opinión: Me enfrenté a esta novela como libro del mes del Club de Lectura L'Armengol de Cubelles, pensaba que no me iba a costar meterme en la historia, pues soy asidua lectora del género policíaca, thriller y si extrapolamos, terror y demás inquietudes del alma.

Lo primero que tengo que decir es que me costó engancharme, el texto era excesivamente denso y descriptivo, y si me apuras, hasta repetitivo; insistía una y otra vez sobre las descripciones de cómo encontraron el cadáver de la niña asesinada, de lo que le habían hecho y cómo... llegó un momento en que agobiaba. Hablando con los compañeros del Club de Lectura la mayoría tuvimos la misma sensación de agobio, pero alguien sugirió que igual esa fue la idea del autor desde el principio, crear ese ambiente claustrofóbico, en el que nos metiéramos en la piel del inspector de policía que se obsesiona con el caso.

Una cosa que me llamó muchísimo la atención de este libro es que la mayoría de los personajes ni siquiera tienen nombre; el inpector -absoluto protagonista- no lo tiene y no deja de ser una forma muy original de construir un texto.

Como otros protagonistas de la historia tenemos a la niña fallecida, ausente desde el primer momento, pues el texto comienza cuando ella ya está muerta. Los padres de Fátima (la niña); toda la gente a la que el inspector va interrogando, con especial luz a su profesora, Susana Grey. Susana será un faro en la oscuridad de esta historia; sumergida en el ambiente de un barrio pobre y decadente, ella es una profesora brillante que sabía de las grandes capacidades de Susana y que lamenta su fallecimiento. En torno a Susana se construye gran parte de la historia y deja grandes momentos de la narración los capítulos que tratan sobre su vida privada, sobre ella en su juventud y sobre su exmarido. Otro gran protagonista de la historia es el sospechoso, nos adentramos en su mente, en lo que piensa de sí mismo y de los demás, en su alma oscura y su apariencia inquietantemente amable en su vida diaria. También está la esposa del inspector sin nombre, una mujer que se hundió en una profunda depresión durante los años que vivieron en el País Vasco. El sentirse amenados, el vivir bajo la duda diaria de si serían víctimas de un atentado terrorista, ha hecho de ella una mujer profundamente trastornada. Importantísima también es la figura de el padre Orduña, que fue su profesor en el internado en que estuvo cuando niño y que le hará reflexionar sobre sí mismo a un hombre que parece haber olvidado quién fue. Y el forense Ferreras, un personaje muy interesante. 
Tampoco se nombra la localidad en la que está situada la acción del libro, se menciona que es un pueblo andaluz, pero por varias pistas que se dan y algunos nombres propios, una compañera del Club de Lectura llegó a la conclusión de que el pueblo es Úbeda en la provincia de Jaen.
Sobre el final, ya sabéis que yo siempre me quejo de los finales... Debo decir que el último capítulo hace que el libro quede en cierta manera incompleto. Para mi gusto, o sobra ese último capítulo o bien faltan uno o dos más que expliquen un mejor desenlace, un qué pasó después más satisfactorio para el lector que el punto en el que acaba la historia el autor. 
Sobre el autor decir que no había leído nada suyo, que desconocía que fuese académico de la Real Academia Española de la lengua, así que con una persona con ese nivel, todo lo que yo pueda opinar no es más que una pequeña pataleta de lectora insatisfecha. Dejo el enlace a su página en Wikipedia, por aquí.