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lunes, 24 de octubre de 2011

Mi bestia negra.

No sé si alguna vez llegaré a ser escritora, quiero decir, a publicar libros y poder ver mi nombre en los ejemplares de una librería y eso. Tengo un gafe bastante fuerte en lo que respecta a mover mis manuscritos y todo lo que sería el proceso de convertir una idea escrita en un libro de carne y hueso, o de papel en su caso.
Hace unos días comentaba sobre el registro telemático de manuscritos. Para mi esa idea fue una buena noticia, pues debo desplazarme hasta el Registro Territorial de Barcelona y, como vivo en un pueblo y soy absolutamente feliz aquí y tengo montado mi micro mundo, pues rara vez me desplazo hasta la gran ciudad y por consiguiente, no la conozco. Pero no la conozco hasta el extremo de no haber visto ni lo más turístico de la ciudad, no he visitado el zoo, ni el Parque Güell, ni nada de nada.
A lo que iba, que la idea de poder hacer el registro desde la comodidad (nunca mejor dicho) de mi casita, me emocionó hasta casi las lágrimas, jeje... Me las prometía muy felices y pensaba que sería muy fácil. Pero con la Administración Pública hemos topado y la cosa se torció.
Para empezar, normalmente escribo -ahora mismo, por ejemplo- desde un portátil con dos sistemas operativos; cuando me lo regaló mi marido traía instalado solamente el Windows Vista, pero al año o así empezó a dar problemas y tuvimos que formatearlo y volverlo a poner, pero esta vez duró apenas unos meses. Así que cansada de tener mis cosas (fotos, manuscritos, tonterías y flipadas varias, lo que suele tener todo el mundo en un pc) en constante peligro de pérdida por un sistema operativo inestable, mi marido me instaló el mejor sistema operativo que he probado -tampoco es yo haya probado mucho- pero me encanta, se llama Ubuntu y es de software abierto y basado en Linux. Que conste que eso del Linux y el software abierto lo pongo para que os ubiquéis, porque tampoco sé muy bien lo que significa. En otra parte del disco duro tengo un Windows 7, pero ahí no tengo ningún archivo ni carpeta personal, porque me lo puso por si acaso.
Al pedir el Certificado Digital de Usuario, necesario para el registro, lo pedí desde Ubuntu. Fui al día siguiente a la oficina de Hacienda más cercana a echar la firmita y en 24 horas ya podía descargarlo. Lo descargo, lo instalo y me meto en harina con lo del registro. Primera sorpresa desagradable, aunque reconoce mi sistema operativo y dice que todo está bien en la página de comprobación de requisitos, lo cierto es que un Applet Java que sale en la parte inferior de la página y que es donde deberían salir los datos del Certificado de Usuario y el botón "Continuar" no sale. No hay manera de que cargue y siempre se queda convertido en un rectángulo gris. Decidimos probar en la zona Windows y sí me carga el recuadrito en cuestión, pero para avisarme de que no tengo ningún certificado de usuario instalado.
Para quién no lo sepa: el Certificado de Usuario sólo se puede instalar en el ordenador y el sistema operativo y navegador desde el que lo solicitaste; así que al irme a otro sistema operativo, aunque en el mismo ordenador y con el mismo navegador, me daba el error de que no existía ningún certificado.
Bien, pues visto esto, decido solicitar otro. Al día siguiente vuelvo a presentarme en Hacienda, les explico lo que me ha pasado y me dicen que las páginas del Ministerio son muy exigentes, que cancelan el anterior certificado y me validan el nuevo, para poderlo usar desde Windows.
Al día siguiente lo vuelvo a descargar desde Windows 7 y empecé de nuevo con el registro. Mi alegría fue tremenda cuando vi que mis datos esta vez sí salían en el dichoso rectángulo gris, paso a la siguiente pantalla, voy rellenando mis datos, los datos de los manuscritos que quiero registrar y ahí viene el siguiente problema y el que hasta ahora, no he conseguido subsanar: no me deja cargar los archivos de los manuscritos.
Primero me decía que estaba caído el servidor, en los siguientes días ni siquiera ha sido capaz de cargar la página de donde está el applet para subir los archivos.
Hoy me he rendido, porque soy tan cabezona que ni me lo había planteado hasta que me lo dijo una amiga; he llamado a la Oficina de Registro de Barcelona y he estado hablando con un chico muy amable (Gracias a Dios que hay todavía gente amable) y que me ha dicho que el servidor está conectado las 24 horas pero que el problema es que las páginas del Ministerio son una porquería y que incluso a ellos les cuesta trabajar con ellas. Tremendo, tremendo de verdad que algo que nos podría facilitar tanto la vida, resulte tan complicado porque esté mal hecho.
El chico amable me ha dicho que siga intentándolo, pero que de todas formas, deberé personarme allí, en la Oficina de Registro para abonar las tasas. Entonces yo me pregunto: ¿qué sentido tiene para mi el registro telemático si igualmente no me va a evitar desplazarme a Barcelona y perderme por sus calles?
Bueno, esto no sería muy grave si no fuese porque si lo quiero hacer presencial y llevar mis manuscritos en papel y encuadernados debo someterme a la tiranía de la Obsolescencia Programada y comprar otra impresora. Porque la que compramos hace un año o así, y que ha impreso poquísimas cosas, ha dejado de funcionar... no reconoce sus propios cartuchos. Que los cartuchos se quedasen sin tinta al nada de uso lo podría llegar a entender, pero que diga que no reconoce los cartuchos... que ahí no ha metido la mano nadie.... me resulta muy absurdo. ¿El ticket de compra? misteriosamente, se ha perdido. Yo que guardo todos los tickets del mundo mundial de todo lo que compro y hasta el hastío, he puesto la casa patas arriba y no lo encuentro. Así que tampoco puedo hacer uso de la garantía. Increíble.
Hace mucho tiempo que publiqué algunos post hablando de mis manuscritos y que incluso publiqué fotografías de las encuadernaciones que me habían hecho y que no me habían gustado nada por cierto, porque me las hicieron en tapa dura y con mi nombre impreso en las tapas con letras doradas; me parecía muy rimbombante y no me gustaron. Ha pasado tanto tiempo que he vuelto a repasar esos manuscritos y he hecho cambios, así que aquellos volúmenes tan exagerados y fastuosos ya no me sirven.
Por todo lo expuesto es por lo que he llamado a este post "Mi bestia negra", porque me parece mentira que no tenga manera de registrar mis manuscritos. Me pregunto: ¿tan malos son? ¿es una señal para que me olvide definitivamente de la escritura y me dedique a otras actividades?
Me frustraría dejar defintiivamente de escribir. Si bien hasta ahora ha sido más bien un hobby, que a veces abandono durante meses y de repente recupero con pasión renovada, me siento muy bien cuando escribo, me gusta quién soy y lo bien que se siente una cuando crea algo.
Sigo pensando que podría hacer soñar a otras personas con mis historias.
¿Lograré algún día registrar mis obras y, lo más difícil, publicarlas? Sabe Dios... de momento, no pienso darme por vencida.
Os dejo el enlace con la página principal del Registro de la Propiedad Intelectual de España, por si alguien lo necesita o se anima a intentar registrar sus obras telemáticamente, aquí.

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