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viernes, 24 de septiembre de 2010

Los caballeros las prefieren brutas, Isabella Santo Domingo


El argumento: Isabella Santo Domingo nos propone un manual de feminismo de conveniencia, porque sí, es muy bonito ser jefa, tener éxito, ganar nuestro propio dinero y tomar decisiones sobre nuestra vida, pero la autora nos cuenta que es mucho más práctico ser mantenida por un hombre; fingirse una “bruta”, creo que la traducción de bruta aquí sería “tonta”. Manual de feminismo moderno para poder seguir siendo lista sin dejar de parecer tontas y que nuestros hombres se marchen con otras más listas pero que dan el pego de ser más tontas.

Mi opinión: No estoy para nada de acuerdo con los argumentos de la autora en cuanto a que los hombres son todos unos lerdos y más simples que el mecanismo de una cuchara, infieles por naturaleza y maltratadores sibilinos (cuando menos) de sus esposas legítimas. Será porque soy una soñadora, será porque tengo una vida sentimental feliz, pero no creo que se pueda catalogar a todos los hombres, a todo un género, por el mismo patrón, igual que no me parece apropiado decir que todas las mujeres somos putas, o tontas. De todo hay en la vida, tanto de hombres como de mujeres, aunque algo sí que tenemos en común, en un momento dado hasta los buenos más buenos (y las buenas más buenas también) pueden volverse malvadamente crueles si se sienten heridos.
Creo que la autora de este libro, basándose en sus propias malas experiencias y en las de su entorno, nos aconseja a las mujeres una técnicas para hacernos pasar por tontas en casi todos los aspectos de nuestra vida, a fin de hacer que nuestros compañeros se sientan más contentos con nosotras porque somos torpes, patosas, frágiles y que no sabríamos valernos por nosotras mismas sin ellos. Así como ella nos aconseja que finjamos orgasmos, que nos echemos un amante para que nos de lo que nuestro marido de verdad no nos da, yo quisiera darle un consejo a ella: Isabella, bonita, cambia de ambiente, relaciónate con otro entorno y otras personas; si hace falta cambia de país porque no creo que haya tanta frustración en donde quiera sea que vivas. Tal vez tu felicidad dependa de ello. Y si en todo caso no logras que un señor te mantenga a pesar de hacerte la tonta, tal vez debas aprender a aceptar que una mujer no necesita de un hombre a su lado para ser feliz. Igual que un hombre puede serlo también sin una mujer al lado.
No sé si el libro pretendía ser de humor, pero no me he reído en ningún momento. No se debería generalizar así, es incluso peligroso para mucha gente que anda suelta por el mundo con unas mentes muy frágiles dentro de sus duras cabezotas.
Sí le encuentro razón en el capítulo en el que explica lo que yo siempre digo y que nunca las mujeres me dan la razón, aunque los chicos sí lo hacen: las mujeres entre nosotras somos peores amigas que los hombres entre ellos. Cuando un hombre obtiene algún logro, los colegas de su grupo le felicitarán honestamente, se alegrarán sinceramente por él y se esforzarán por conseguir lo mismo en su respectivo asunto. En cambio las mujeres somos diferentes, si una amiga consigue un ascenso, inevitablemente pensaremos que se ha “tirado al jefe” o si aparece de repente otra amiga con un novio guapísimo o millonario (o guapísimo y millonario a la vez) en vez de felicitarla honestamente y mirarla con sana envidia, lo que haremos será desear que se separen cuanto antes para cogerlo nosotras y este es otro punto a tratar. Los hombres no tocarán (salvo raras excepciones) a la ex-novia de un amigo, las chicas intentarán zumbarse al ex-novio de una amiga sin dudarlo y si aún es novio, ¡da igual! Todo tiene arreglo. Sé que estoy generalizando, pero pararos a pensar, es triste, pero somos así de malos y simples.
A falta de 30 páginas para el final, la autora hace una interesante reflexión sobre el feminismo radical, el feminismo del principio y el actual, en cuanto a que ahora mismo muchas mujeres no saben por qué se está luchado, en tanto que otras son feministas porque odian a los hombres, tienen al hombre como al enemigo al que hay que batir, en vez de como un compañero, o no, pero como un ser humano digno del mismo derecho a la vida y a la felicidad que el resto de personas. Interesante reflexión, interesantes palabras, que hacen pensar que tal vez las primeras 70 u 80 páginas estaban escritas en clave de humor y yo no las he sabido entender, pero me mantengo en mi postura de unos párrafos más arriba, no le encuentro la gracia, hay muchos peligros en tratarnos como trapos un género a otro y más en estos tiempos en los que el maltrato y los crímenes pasionales están a la orden del día. Yo diría que el problema está en la educación que recibimos y en que tenemos la “necesidad” de no estar solos, cuando deberíamos tener conciencia de nosotros mismos y no esperar que nadie nos aguante o venga a arreglarnos la vida cuando nosotros mismos somos incapaces de soportarnos frente al espejo de nuestra soledad.
No existe perfil en Wikipedia de esta autora, pero curiosamente sí que se hizo en Colombia, país natal de Isabella Santo Domingo, una serie de televisión de unos 30 capítulos basados en el libro.

2 comentarios:

  1. Hola Ana.

    Comparto tu oipinión de ese libro. Acá en Colombia vi la serie de televisión y a pesar de ser muy entretenida, colocan a la mujer como fácil y dispuesta a acostarse con un hombre nuevo de ser posible semanal. Pienso como tu, ¿no será que Isabella es así es su vida personal?

    Saludos.

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  2. Gracias por tu comentario Antony. Siempre es bueno leer libros de todos los géneros, aunque de este tipo no suelo leer, pero bueno, por alguno se ha de empezar.
    No creo que vuelva a leerlo, la verdad.

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