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martes, 16 de mayo de 2017

Todo esto te daré, Dolores Redondo.

El argumento: En el escenario majestuoso de la Ribeira Sacra, Álvaro sufre un accidente que acabará con su vida. Cuando Manuel, su marido, llega a Galicia para reconocer el cadáver, descubre que la investigación sobre el caso se ha cerrado con demasiada rapidez. El rechazo de su poderosa familia política, los Muñiz de Dávila, le impulsa a huir pero le retiene el alegato contra la impunidad que Nogueira, un guardia civil jubilado, esgrime contra la familia de Álvaro, nobles mecidos en sus privilegios, y la sospecha de que ésa no es la primera muerte de su entorno que se ha enmascarado como accidental. Lucas, un sacerdote amigo de la infancia de Álvaro, se une a Manuel y a Nogueira en la reconstrucción de la vida secreta de quien creían conocer bien. La inesperada amistad de estos tres hombres sin ninguna afinidad aparente ayuda a Manuel a navegar entre el amor por quien fue su marido y el tormento de haber vivido de espaldas a la realidad, blindado tras la quimera de su mundo de escritor. Empezará así la búsqueda de la verdad, en un lugar de fuertes creencias y arraigadas costumbres en el que la lógica nunca termina de atar todos los cabos. Novela ganadora del Premio Planeta 2016.
  
Mi opinión: Este es el cuarto libro que leo de esta autora, tras la archiconocida Trilogía del Baztán, que leí en un impasse del blog y de los cuales no he hecho reseña, lo anoto en asuntos pendientes. Lo he cogido con muchas ganas, porque me encantó la forma en la que describía los paisajes y las situaciones en la citada trilogía, y no me ha defraudado. 
Al hilo de la trilogía, esta también es una novela negra, un poco thriller también, en el que el protagonista se enfrenta a un dolor intensísimo causado no sólo por la pérdida de su marido, sino por descubrir que había una gran parcela de su vida que él le había ocultado totalmente y esto le produce sentimientos enfrentados: sorpresa, dolor, indignación, desconfianza, estupefacción. Para Manuel las fases del duelo no son solo 5, porque las cosas que va descubriendo sobre Álvaro harán que el dolor se convierta en una espiral sin salida en la que poco a poco se va ahogando. 
La descripción de los paisajes, de la ambientación, de las escenas, es absolutamente maravillosa, hay momentos en los que puedes cerrar los ojos y (casi) aparecer allí, verles vendimiar o caminar por los pasillos del viejo pazo de los Muñíz de Dávila. Me ha gustado mucho que se haya mantenido en la línea tan descriptiva que usó en la Trilogía del Baztán, me gusta que sea tan evocadora. 
Los personajes son completos, Manuel es un escritor que, creo que como deben (debemos) ser un alto porcentaje de los que escribimos, estamos en cierta manera aislados del mundo y por eso, cuando empieza a descubrir cosas de la vida que su marido llevaba a sus espaldas el impacto emocional es mucho más fuerte, porque cuando escribe, como él mismo reconoce, está aislado del mundo; habita en un palacio que existe dentro de su mente, en donde nade su inspiración y donde viven los personajes y las historias sobre las que escribe y él es un mero transcriptor de lo que allí sucede. 
Me tomo la pequeña licencia de contarme entre los escritores porque me reconozco en el texto, en los sentimientos de Manuel cuando escribe, porque yo sentía lo mismo cuando escribía. Hábito que debo recuperar un día de estos. 
La trama es enredada, mucho... hay tantos momentos en los que no sabes quién es el bueno, quién el malo, quién era de verdad Álvaro, quiénes eran de verdad sus familiares, que me he pasado tres cuartas partes de la novela cambiando de sospechoso de unos a otros como si estuviera jugando un partido de ping pong y eso me encanta, me gustan los giros insospechados y las piruetas literarias siempre que no estén muy cogidas por los pelos. 
El extraño trío de "investigadores" que quieren saber la verdad, lo forman el viudo, Manuel; el teniente recién jubilado la gardia civil Andrés Nogueira y Lucas, un amigo de la infancia de Álvaro que actualmente es sacerdote y que nunca perdió el contacto con él. 
 El trato que da al protagonista homosexual me gusta, porque no me encuentro ante una exacerbación de la imagen del gay, no hay florituras, no hay necesidad de ello; estamos tan concentrados en Manuel y en su dolor, que lo de menos es la orientación sexual del ser amado que ha perdido. 
 Poco más puedo ni quiero decir sobre esta novela maravillosa, al menos para mí lo es, me ha gustado tanto que casi le doy la nota máxima. 
Como siempre, dejo el enlace a la página web de la autora, aquí. Y me comprometo a escribir las reseñas de los tres libros del Baztán en cuanto tenga un rato libre para echarles un repaso. 

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