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sábado, 20 de mayo de 2017

Por trece razones, Jay Asher.

El argumento: Clay Jensen, estudiante de secundaria, encuentra un paquete en la puerta de su casa al regresar del instituto. Dentro del paquete, en una caja de zapatos y envuelto en papel de burbujas, se encuentran siete cintas de casete grabadas con la voz de Hannah Baker, una compañera del mismo instituto que se suicidó apenas un par de semanas antes. En las cintas, Hannah hace un repaso de 13 experiencias de su vida, relacionadas con 13 personas de su entorno que la abocaron a tomar la decisión de acabar con su vida, o al menos, no impidieron que llevase a cabo la idea de suicidarse. 

Mi opinión: No conocía a este autor, ni este libro, pese a que se publicó hace algunos años ya (en 2011, según wikipedia), pero está en cierta manera de moda porque hace poco se ha emitido una serie en la plataforma digital Netflix que está basada en este libro. Yo no tengo Netflix, no he visto la serie, pero quise leer el libro. Vamos a reseñarlo.
El chico que recibe las cintas, Clay Jensen, fue amigo y compañero de trabajo de Hannah en los años de instituto, siempre estuvo interesado en ella y posiblemente enamorado de ella, pero en cierta manera ambos eran inaccesibles el uno para la otra. Se miraban, trabajaban codo con codo, pero eran incapaces de tocar temas más personales o de abrirse el uno al otro en cuanto a los sentimientos que les surgían. Es a través de Clay y de los sentimientos que le produce oir las cintas grabadas que Hannah dejó a modo de carta de despedida, que viajaremos a través de las páginas de este libro. 
En la caja de zapatos que Clay encuentra en la puerta de su casa, hay siete cintas de casete de las de toda la vida, de esas que cualquiera que tenga aproximadamente treinta años tuvo en su juventud para grabar canciones de la radio; de hecho, mi coche tiene radiocasete, claro que mi coche tiene ya 15 años y es un poco antiguo. 
Siete cintas de casete con las caras numeradas del 1 al 13 en números caligrafiados en pintauñas azul, como explica en el libro. Lo primero que le sucede a Clay es que no tiene donde oir las cintas, le extraña encontrar un formato tan antiguo y se ve obligado a usar el viejo radiocasete que tiene su padre en el garaje, cuando descubre lo que son y que necesita salir a pasear por cientos lugares que se van nombrando en las cintas, decide ir a casa de un amigo que él sabe que tiene un viejo Walkman que aún funciona y pedírselo. Bueno, al final no se lo pide, se lo coge prestado... porque el amigo se da cuenta y le va a buscar y se lo dice: Tío, me has robado el walkman. Pero como sabe para qué es, le permite que se lo quede el tiempo  que necesite. 
Cada cara de cada cinta está dedicada -por así decirlo- a una persona que ha marcado, generalmente para mal, la vida de Hannah. Empieza contando cómo fue cuando llegó nueva al pueblo, cómo conoció a sus primeros amigos, cómo con el tiempo el grupo se fue disolviendo, etc... Su primer beso, cómo le afectaron los rumores que sobre ella corrían por el instituto, sus desengaños respecto a la calidad humana de sus compañeros... en fin. Cosas que le han sucedido durante los años de instituto y que se le quedaron dentro, hasta el punto de alimentar en su interior la idea de acabar con su vida. 
De los padres de Hannah se sabe relativamente poco en el libro, se dice de ellos que llegaron al pueblo para abrir un negocio (una zapatería) que de vez en cuando Hannah era castigada sin salir, se entiende que por las cosas normales de la adolescencia que hacen que quién más y quién menos, hayamos estado castigados alguna vez, que son ellos quienes descubren el cuerpo sin vida de su hija y que en el momento en que se cuenta la historia están ausentes de la ciudad, pues han viajado para enterrar a Hannah en su localidad de origen. 
Las personas que salen en las cintas tienen "la obligacion" de oir todas las cintas y pasarlas al siguiente, es decir, la persona que sale en la experiencia que ella cuenta en la cinta 1, debe pasarlas cuando termine a la persona que sale en la cinta 2, porque hay otra persona que tiene un segundo juego de cintas, que las ha oído, que sabe en todo momento el recorrido que las cintas deben estar haciendo y que si el circuito se para en algún momento, prometió a Hannah hacerlas llegar a la policía o la prensa. Dado que de algunas de las personas que salen en las cintas se cuentan experiencias que podrían ser consideradas delitos, todos han ido haciendo circular el paquete hasta llegar a Clay, que es quien nos sirve de hilo conductor. 
No quiero entrar en el debate de si los motivos que llevaron a la protagonista de la historia son suficientemente duros o no como para haberla llevado a suicidarse, pero sí quiero expresar que a mi me transmite que Hannah tiene cierta predisposición hacia el suicidio. Ella acaricia la idea en varios momentos de su vida y es con el avance de las cintas en donde va expresando cada vez con más convicción su deseo de morir. 
No quiero tampoco destripar el libro y contar quiénes salen en las cintas y por qué, por si acaso al igual que yo llegáis hasta aquí con ánimos de leer el libro y sin haber visto la serie de Netflix. Evidentemente Clay también sale en una de las cintas, si no, no hubiese recibido el paquete, pero para él, al menos, no hay malas noticias. Hannah llegó a sentir algo por él, al igual que él por ella, pero como digo en un párrafo más arriba, parece que no encontraban la manera de comunicarse y Hannah terminó por irse del mundo sin llegar a darse una oportunidad con Clay, que también la amaba. 
No voy a contar cómo Hannah acabó con su vida, si llegáis hasta aquí sin haber visto la serie, tendréis que leer el libro para descubrirlo.
El libro en sí no está mal, al autor no lo conocía y me ha sorprendido que sea un señor norteamericano de 41 años, aunque al ser el libro de 2011, cuando lo escribió estaba mediando la treintena. 
No sé si recomendarlo o no, ni a qué público, no sé si un adolescente que también se esté pudiendo plantear la idea de matarse se hará un bien a sí mismo leyendo esta historia, en cambio pienso que un adulto le sacaría más provecho porque puede verse reconocido en alguna de las experiencias y retrotraerse a la época escolar o del instituto, donde todo es tan difícil y el mundo se nos hace tan grande.
El perfil del autor en Wikipedia, aquí.

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