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sábado, 20 de abril de 2019

Siempre Alice, Lisa Genova.

El argumento: ¿Qué pasaría si todos tus recuerdos desaparecieran de tu mente y no tuvieras más opción que seguir adelante, incapaz de impedirlo?
Alice Howland está orgullosa de la vida que tanto esfuerzo le ha costado construir. A los cincuenta, es profesora de psicología cognitiva en Harvard y una experta lingüista de fama mundial, con un marido exitoso y tres hijos adultos. Cuando empieza a sentirse desorientada y olvidadiza, un trágico diagnóstico cambia su vida, al tiempo que la relación con su familia y el mundo, para siempre. 
Bella y aterradora a la vez, esta extraordinaria novela es un retrato vívido y emotivo de la irrupción precoz del alzheimer. Una conmovedora historia de lo que Alice piensa y siente al comprobar cómo deja de ser la persona que era y cómo no sólo pierde su identidad sino todo lo que conformaba su vida.*Texto de la contraportada. 

Mi opinión: Leí esta novela en 2007, cuando la compré y me impresionó, me pareció cruda y aterradora. La coloqué en los estantes de mi pequeña biblioteca y de vez en cuando la veía y pensaba en que le debía una relectura, pero no me encontraba con ánimos para enfrentarme de nuevo a ella. En las pasadas semanas, tratamos el tema de la memoria y los recuerdos en el Círculo Literario al que asisto cada dos semanas, y me vino a la cabeza como un mazazo. Era el momento de releerla, de hecho la releí en un día, la devoré. 

El personaje principal, Alice, es una profesora brillantísima que empieza a tener lagunas mentales cada vez más escandalosas, como salir a correr por donde siempre y no ser capaz de encontrar el camino a casa, olvidar tomar un avión para dar una conferencia en otra ciudad o no acordarse del tema de sus propias clases. Cuando decide acudir al médico, e insistir para que le hagan una batería de pruebas, y recibe el diagnóstico que a cualquiera aterraría: Alzheimer precoz. En la franja temporal que ocupa este libro, apenas un par de años y algunos meses, el deterioro de la memoria de Alice es bestial y se debe, según cuenta el texto, a que al ser una mujer extremadamente inteligente, seguramente llevaba al menos un par de años teniendo pequeños fallos de memoria, pero que su cerebro había obviado, así se dio la manera de que cuando le fue diagnosticada la enfermedad, ya llevara una buena ventaja en su desarrollo. 

Es impresionante como Alice se hace atajos y pruebas para agarrarse a sus recuerdos: se apunta palabras de uso poco habitual en su vocabulario y las esconde en su bolsillo y trata de recordarlas durante el día; anota todo lo que ella considera importante en su blackberry (agenda electrónica) hasta que finalmente la pierde y aparece dentro del congelador semanas después; una serie de preguntas la saludan cada vez que inicia su ordenador portátil a fin de autotest de memoria y capacidad... pero nada de esto detiene en lo más mínimo la pérdida de memoria de Alice. 

Me parece en cierta manera injusta la reacción de su marido. Él la ama, es cierto y desde que conoce el diagnóstico se muestra dispuesto a ayudarla en todo lo posible, incluso sale a correr con ella casi a diario, pese a que odia correr... pero llega un momento en el que se aleja de ella, ya sea involuntariamente, absorbido por su trabajo -él es científico- pero cuando dice que ha aceptado un puesto de trabajo en Nueva York y se la quiere llevar a un ambiente que ella no conoce, en el que es más probable que se pierda y que se acentúe su deterioro mental, sus hijos se oponen. Ella no quiere irse y sus hijos montan guardia para turnarse en su cuidado. 

Son desgarradores los pasajes en los que Alice es incapaz de recordar cosas tan comunes como una receta de cocina que hace cada nochebuena desde su adolescencia, hasta no reconocer a sus hijos, o sentirse aterrada porque hay un agujero negro en medio del pasillo de su casa, que resulta ser una alfombra que lleva ahí muchísimo tiempo y que acaba por arrojar a la calle del mismo ataque de rabia que le produce darse cuenta de que estaba sufriendo una alucinación. 

No sé si la lectura de este libro ayudaría o no a comprender los estragos de esta enfermedad a los familiares o amigos de personas afectadas de Alzheimer, pero a mi como lectora me impactó y sí, en mi familia se dio al menos un caso de demencia senil o alzheimer (no lo sé exactamente porque yo era pequeña y entonces el alzheimer no estaba tan en boga como ahora).

Como esta es la primera vez que Lisa Genova aparece en el blog, dejo un enlace a su página en wikipedia en inglés, aquí.

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